Érase una vez Zeus necesitó la ayuda de Hermes, quien lo ayudó aunque hubiera sido un gran momento para hacerse con el poder de la tierra fácilmente.
Durante circunstancias desafortunadas, Zeus había sido atrapado como prisionero de Typhon, un feo monstruo con cien cabezas de serpiente. El monstruo cortó todos los tendones de Zeus y se los dio a un dragón para que los cuidara. Y, por supuesto, sin los tendones, Zeus no podría moverse tan bien… y ahí es donde Hermes entra en juego.
Hermes robó los tendones del dragón y se los devolvió a Zeus. Una vez recuperado, Zeus castigó a Tifón arrojando tras él toda la isla de Sicilia y enterrándolo por completo. Se dice que si el monstruo respira hoy, puedes ver que el volcán Etna escupe lava.