Dioniso era el dios del vino y de los borrachos, un buen amigo de los jóvenes y de los ancianos. Cuando estaba en el colegio nos llevaron a ver una obra sobre los dioses griegos y el actor que hacía de Dionisio era tan gracioso que nunca me olvide de este dios. Pero también en la sociedad moderna tiene un gran papel. Se dice que es el hijo de Selene y Zeus, aunque su nacimiento en si es una historia extraña. Durante el sexto mes de embarazo, el palacio de su madre se quemó y ella murió. Entonces Zeus y Gea salvaron el pequeño embrión y Zeus lo crio en su muslo. Por eso se le conoce también como el dios del doble nacimiento.
Después, porque tuvo que esconderse de Hera, Zeus lo transformó en una cabra y lo crio en Asia. Ahí estuvo durante un largo tiempo. En algunas ciudades lo recibían amistosamente, mientras que en otras no lo dejaban entrar por miedo a Hera.
Dionisio era el dios del vino y de la vegetación. Permitía a la gente escapar de su rutina y durante sus celebraciones la gente bailaba, cantaba y, sobre todo, bebían mucho vino.
Siempre estaba acompañado por ninfas, satires y otras criaturas.