Deméter era la diosa de la fertilidad. Protegía los campos y las cosechas y cuidaba de los frutos y de las flores. Deméter tuvo una hija con Zeus, Perséfone. Tenían una conexión muy grande y se la menciona en numerosas ocasiones. Sus símbolos eran el narciso, las amapolas y las grullas.  

  

Pero de alguna manera, Hades, el dios del inframundo, se enamoró de Perséfone y la secuestro. Deméter lloro durante mucho tiempo, y sabia gracias a Helios, le dios del sol, que era Hades quien se había llevado a su hija, así que se puso en huelga. Dejo el Olimpo y descuido de todas sus tareas. Muy pronto, la tierra se volvió infértil, Trabajo como una sirvienta para el rey Celio de Eleusis. Nada nacía de la tierra por lo que muchas cosas necesarias para la vida dejaron de existir.  

  

En este punto Zeus ordeno la liberación de Perséfone del inframundo. A pesar de esto, ella seguía conectada con el inframundo por culpa de una granada que Hades la había regalado. Por esto, Perséfone debía pasar medio año en libertad en el Olimpo y otro medio en el inframundo.