Hefesto

Como hemos podido ver, Zeus no era un hombre muy leal. Para él era el destino, una providencia divina el hecho de tener que reproducirse con tantas mujeres como fuese posible y tener muchos hijos. Probablemente esto explica que su mujer Hera se enfadase y decidiera dar a luz a Hefesto sin ayuda de ningún hombre. 

  

Pero a Hera no termino gustándole y decidió empujar al pequeño Hefesto justo después de su nacimiento al Olimpo. La ninfa Tetis lo encontró y lo acogió. Pronto entendió que no era un niño normal y vio que era muy habilidoso creando cosas. Hefesto amaba el fuego y amasaba el hierro candente con sus propias manos. Para los romanos era el dios Vulcano.  

  

Como es fácil de imaginar, Hefesto nunca olvido lo que hizo su madre. Como venganza, creo un increíble trono y se lo mando al Olimpo. Lo que Hera no sabía es que si se sentaba le sería imposible volver a levantarse. Lo cual ocurrió y llamo a Hefesto al no poder creerse lo que estaba sucediendo. Después de un largo tratamiento a base de vino gracias a la ayuda de Dionisio, pudo descubrir el secreto de Hefesto y liberar a Hera. Desde este momento, Hefesto pudo estar en el Olimpo e incluso consiguió a la bella Afrodita como su mujer.  

  

Afrodita lo engaño en numerosas ocasiones, especialmente con Ares. Una vez el dios del sol Helios le ilumino con la verdad de la aventura y Hefesto los atrapo con una red de oro.  

  

Volvió a ser expulsado del Olimpo, esta vez por Zeus. Después de la mayor pelea entre este y Hera, Zeus la colgó y ato piedras a sus pies. Cuando Hefesto lo vio, libero a Hera y Zeus le castigo por ello.